amazondotcom

Y bue, ya salió.

Si Malinowski los viera

Se cuenta que hace tiempo ha nacido una nueva generación de zombies, que cada fin de semana vuelven a realizar el mismo ritual al son de música punchi punchi. Una mirada antropológica presume que sus movimientos alocados --mezcla de desenfreno murguero con movimientos pélvicos-- sólo sirven de gratificación y homenaje a una supuesta deidad superior que sólo puede ser observada con gafas negras, vaya uno a saber por qué. Estos ritualistas zombies son extremadamente saludables pues ingieren, cual deportista, altas cantidades de líquido, antes y luego de ingerir pequeñas dosis de algo similar a una aspirina con nombres ingeniosos y populacheros --007, mariposa, CK, rolling stone--. También son coquetos: se perfuman y se mueven entre perfumes u olores que los incitan a moverse con mayor celeridad. La deidad debe estar satisfecha: día a día más zombies nacen y se suman a este extraño comportamiento propio de tribus salvajes y salvajizadas.

A B C of dating

No somos nada

One more time

Seguro ya te lo preguntaste más de una vez. Así que otra más no importa: ¿cuándo, cómo, dónde... vas a morir?

Tecnofilia

Voyeur

Observar a la gente en un trayecto (en el camino al trabajo, en un colectivo, en el subte, en la calle) puede llegar a convertirse en divertimento. Es que para hacerlo bien es preciso detenerse en gestos mínimos que se pierden en el paneo indiferente que uno hace si los demás mucho no le interesan. Sin embargo, hay veces en que ver a otros es también verse a uno mismo. Partiendo del hecho de que una mirada continua puede ser peor que una mala palabra (en realidad que dos personas se miren fijamente es, de acá a la China, una microrecreación de un duelo del siglo XIX), hay que comenzar distinguiendo un caminar. Ocurre que ahí se esconde la actitud de una persona, su forma de encarar la vida, su seguridad interior, la importancia que le da a cómo lo ven los otros, a cómo se ve él mismo. El grado de belleza es una cuestión subjetiva, a veces importante, a veces superflua, un accesorio que sucumbe frente a un buen andar.

Six Feet Under 2001-2005

¡Qué final! Glorioso





Warning: no ver en caso de no haber visto los últimos capítulos. Con este clip terminó la serie (¡Yo avisé!)



Bonus:
La última promo

RIP

Post-It

Terminala, Federico. Cortala.

Ideas al aire (II)

* En la estación Agüero de la línea D de subtes toca siempre un tipo el bandoneón: es la cara más visible de la depresión/melancolía porteña.
* Hay objetos que uno no sabe si quiera donde se compran: palanganas, bolsas de agua caliente, ollas supergigantes, cepillito para lavarse las uñas. ¿En un todo por dos pesos?
* Dentro de poco, las monedas de 10 centavos serán valoradas por los trabajadores del subte más que las de un peso.
* Los psicólogos deberían ponerse una gorra cuando no te están interpretando todo lo que decís y sacársela cundo sí lo están haciendo.
* Quiero que se muera Charlie en Lost.
* Odiamos a Locke, obviamente, por haber destruido el submarino.
* Si fuese argentino, ¿quién sería el mejor Borat?

IQ

¿Sirve de algo la inteligencia si es inteligencia cerrada y ciega, inteligencia para entrar en grandes universidades del mundo, una inteligencia para ser guardada, exhibida de a veces, ocultada? Desde que hizo su debut el concepto de inteligencias múltiples, la idea abstacta de una inteligencia (la académica, la de los cuadros de honor, la de los diez, la de los altos promedios) se va descascarando de a poco. Porque si te tocó la suerte de ser inteligente (la inteligencia como un mix entre un combo genético y la predisposición de un ambiente favorable) pero lo aplicás nada más para el acopio de grandes y barrocas notas de libretas y descuidás tu costado social, estás muerto. Sos inteligente ahí nomás; para el resto de la vida sos un zoquete.

II

Hay solo dos tipos de personas en el mundo: vos y los demás.

Ideas sueltas

* Mejor tema para escuchar mientras hacés una cola interminable para pagar el monotributo: "Money" de Pink Floyd.
* Definitivamente, como comentó una vez + feliz, el señor que diseñó los colectivos de dos pisos, pasillo estrecho y techo casi inalcanzable nunca viajó en colectivo.
* El viaje en el 160 a Ciudad Universitaria no respeta las leyes del espacio-tiempo. Su duración es impredecible. Cuando te subís no sabés si llegas a la facultad de exactas en 45 minutos o en 1 h 30 min.
* En las Fiestas Plop no oyeron nunca hablar de ventilación.
* Hay un gato suelto en Buenos Aires y se llama Giselle D´Cole.
* En el subte E tenés que calcular bien la hora para viajar gratis. Si en la estación Belgrano entrás a las 22.35 (no 22.30) el boletero te deja pasar sin pagar.

Estado zen

=

speedyficate=drogate

Equilibrio

Lo peor de ir a un recital no es comerte una cola de 5 cuadras, la desorganización, la gente que se cola (sí, es horrible, pero esperen que ahora se viene algo peor), los pisotones, los baños ocupadísimos justo cuando tenés ganas de mear, los precios hiperinflados, los chetos/caripelas/figurettis del VIP, el mal sonido, el no respeto de los horarios, las bandas soporte. Lo peor de ir a un recital es que cuando encontrás un lugar --el lugar-- cómodo para ver a la banda que tanto escuchaste y tanto querías ver (Placebo, en este caso), justo ahí alguien se te pone enfrente y tira al piso tu comodidad. Desde ese momento el equilibrio se pierde y te movés para buscar otro punto de estabiidad, hasta que alguien venga y te desestabilice una vez más.

Eu não acredito

La Nación, Daniel Hadad, Antonio Laje, Nancy Pazos, Oscar González Oro, Eduardo Feinman, Bernardo Neustadt, Mariano Grondona, Joseph Ratzinger, Jorge Mario Bergoglio: NO LES CREO NADA.

(la lista continuará...)

Soledad

En ocasiones, la gente se junta únicamente para no estar sola. El simple hecho de ver otros cuerpos y escuchar otras voces tapa esa realidad que inunda a todos/a. Es que hay personas que viven su soledad, quienes sufren la soledad y otros que desesperadamente la buscan. Podría decirse también que cada personalidad cae de lleno en una de esas categorías completamente o por etapas, como si estar con uno mismo fuese una alegría, una condena o un camino a la liberación total.