Equilibrio

Lo peor de ir a un recital no es comerte una cola de 5 cuadras, la desorganización, la gente que se cola (sí, es horrible, pero esperen que ahora se viene algo peor), los pisotones, los baños ocupadísimos justo cuando tenés ganas de mear, los precios hiperinflados, los chetos/caripelas/figurettis del VIP, el mal sonido, el no respeto de los horarios, las bandas soporte. Lo peor de ir a un recital es que cuando encontrás un lugar --el lugar-- cómodo para ver a la banda que tanto escuchaste y tanto querías ver (Placebo, en este caso), justo ahí alguien se te pone enfrente y tira al piso tu comodidad. Desde ese momento el equilibrio se pierde y te movés para buscar otro punto de estabiidad, hasta que alguien venga y te desestabilice una vez más.