Si Malinowski los viera

Se cuenta que hace tiempo ha nacido una nueva generación de zombies, que cada fin de semana vuelven a realizar el mismo ritual al son de música punchi punchi. Una mirada antropológica presume que sus movimientos alocados --mezcla de desenfreno murguero con movimientos pélvicos-- sólo sirven de gratificación y homenaje a una supuesta deidad superior que sólo puede ser observada con gafas negras, vaya uno a saber por qué. Estos ritualistas zombies son extremadamente saludables pues ingieren, cual deportista, altas cantidades de líquido, antes y luego de ingerir pequeñas dosis de algo similar a una aspirina con nombres ingeniosos y populacheros --007, mariposa, CK, rolling stone--. También son coquetos: se perfuman y se mueven entre perfumes u olores que los incitan a moverse con mayor celeridad. La deidad debe estar satisfecha: día a día más zombies nacen y se suman a este extraño comportamiento propio de tribus salvajes y salvajizadas.