Lo real

No hay que ser Philip K. Dick, Neo, Zizek o Platón para tener permiso para preguntarse qué es lo real. Uno lo advierte, lo siente en la piel, debajo de los pies, pero aún así lo real/la realidad escapa a ser cazada por las palabras, por los conceptos. Al fin y al cabo, lo real es en tanto real para uno --en una suerte de idea solipcista y ultranarcisista--: si uno se muere, el mundo se muere con uno también. Los estados alternados te pueden llevar a experimentar con diversas clases de "lo real": todos sabemos que estar sobrio, algo borracho, muy borracho, drogado, deprimido, eufórico, extasiado, son, para no ir más lejos, momentos/flashes en los que uno capta la realidad de una manera distinta, por lo que una definición acabada y certera carece de sentido real. Sin embargo, el momento perfecto para advertir la realidad es en aquel instante en el que se despega la vigilia del sueño (o el sueño de la vigilia), cuando te despertás y el sueño queda atrás. Es ahí cuando te arrecia una especie de decepción por abandonar ese reino comfortable en el que te manejás a puro deseo, a puro gusto y sentís que al fin ese mundo --y no éste-- es tu mundo.