Fashionista

Hay gente que solo es en la noche y durante la noche. A esta conclusión tan básica y llana sólo se puede llegar en un megaevento como una fiestichola de música electrónica y sobre todo cuando uno enfila a un pabellón de paso para dejar descansar sus pies adoloridos de tanto movimiento. Sea una Creamfields, una Southfest, Moonpark o una SAMC, como se dio en estos días, uno lo advierte con sólo abrir bien los ojos: rostros que movidos por vaya uno a saber qué drogas (o combo de ellas) se transfiguran, cambian su arquitectura. Por supuesto, estos lugares donde el termómetro varía entre la temperatura exterior y la interior (de 35ºC), son la arena ideal para los fashionistas, aquellos que se lookean a más no poder, para resaltar, sobresalir de la masa que ellos mismos eligen para bucear y perderse y a la vez acaparar miradas y hacer fluir comentarios. Si no los ven, pues, no son. Y eso, para ellos, es toda una tragedia.