Convivencia

Quieras o no, compartís tu vida con personas que no te agradan. Ellos están, te los cruzás todo el tiempo. A algunos los saludás y te da gusto al menos verlos. A otros no: los ves y nada. No te provocan la más mínima reacción. Y sin embargo, vos compartís tu vida con ellos. No es algo que elegís. Es algo que, simplemente, es. Es un compartir en un sentido espacial y temporal: el mismo lugar de trabajo, los mismos horarios. A cada uno le asignás un nivel de acceso a tu vida, aunque sos vos el que pone los límites, pisa el freno o el acelerador. También está el factor sorpresa: de una manera que no comprendés, así por que sí, alguien ingresa a tu vida. No lo esperabas, no lo planificaste, pero pasa. Ahi está lo bueno: sin que nadie te lo avisara, alguien puede dar vuelta tu vida, cambiarla, ponerla patas para arriba.