El brazo, la mano y los deditos

Hay movimientos casi espasmódicos, inerciales, que con el tiempo pierden sentido pero que la gente (y uno, como si fuesen dos entidades distintas e incompatibles) sigue haciendo pese a haber perdido su razón de ser su utilidad. Por ejemplo: el movimiento llamativo de extender el brazo en la parada del colectivo. Ya no es muuy necesario, pero hay gente que sigue (seguimos) haciéndolo, ¡hasta en paradas de una sola línea de colectivo! ¿Por qué sigue uno teniendo la sensación de que si no hace ese movimento tan gracioso el colectivero no se percatará de tu presencia y necesidad de subir a su unidad? Hay gente que le agrega un toque de distinción, como por ejemplo, extender brazo y mover dedos rítmicamente (como si estuviese tocando el piano) para llamar más aun la atención del señor conductor. ¿Sirve? No sé, pero se sigue haciendo.