felicidades baratas

Estaba pensando recién con cuánta liviandad se desea feliz año nuevo, feliz navidad, etc. No digo que esté mal hacerlo: no soy un aguafiestas en ningún aspecto. Pero por ejemplo, ¿da lo mismo que me desee feliz año el portero que un amigo? ¿Cuál es el sentido de que un casi desconocido me desee un feliz año si ni sabe quien soy, qué hago, con quién lo hago?

Incomodidades

Tal vez una de las situaciones laborales más estresantes, incómodas, díscolas, yo que sé, ríspidas --para acumular y acumular adjetivos altisonantes-- es la que se da todos los años no una sino dos veces: cuando se cumple el aniversario de la empresa y el famoso --y bendito-- brindis de fin de año. Son momentos en que, vaya a saber uno por qué causas físicas, al parecer el tiempo se dilata, se estira eternamente como un chicle bazooka. Los segundos caen con más pausa, la hora no pasa, nada. Si fuera un momento ameno, de goce sostenido, vaya y pase, pero no: no solo el tiempo se congela, según parece, también todos y cada uno de los conflictos laborales habidos y por haber se esfuman como si nunca hubiesen existido. Se comprueba facilmente con un hecho mínimo pero significativo: que un "jefe" (cual capo mafioso en El Padrino) empiece a yirar con su vasito (de plástico, más berreta aún) repartiendo buenos augurios y sonrisas caretas.
Los brindis son los momentos más esperados del año por esa subespecie (diría humana, pero me parece que está más emparentada con los reptiles) conformada por los chupamedistas profesionales. Esos que se sientan siempre cerca del jefe, que dicen a todo si, que bajan la cabeza, en fin, lacayos sin autonomia. Es el momento justo para lograr otra conqista minima, ver , sonreir, tomar, comer sandwichitos , como en una gran obra de teatro en la que lo importante no es SER sino PARECER.

livesets

Acá
http://www.tranceaddict.com/livesets.shtml

Los de Paul Van Dyk: un in-fier-no!!!!!

Playlist

1. 11 - Mark Oh - Never Stop That Feeling ´2001 [Radio Cut].mp3
2. 14 - Push - The Legacy.mp3
3. 08 - Lasgo - Something.mp3
4. 01 - Kai Tracid - Life Is Too Short [Video Cut].mp3
5. 16 - Plastic Angel - Afterglow.mp3
6. 13 - Plug ´N´ Play - Time To Bob.mp3
7. 15 - Rank 1 - Such Is Life.mp3
8. 12 - Ratty - Living On Video.mp3
9. 05 - Orinoko - Island [Thrillseekers Remix-Edit].mp3
10. 17 - Airplay - The Music Is Moving [Radio Edit].mp3
11. 19 - Matt Dareys Mash Up feat. Marcella - Beautiful.mp3
12. 02 - Marc Et Claude - Tremble [I Love Trance Edit].mp3
13. 18 - Overdub feat. Doug Laurent - It Began In Africa.mp3
14. 20 - New Order - Crystal [Digweed Muir Bedrock].mp3
15. 13 - X-Istenz - Dreamz [Album Version].mp3
16. 07 - Sylver - Forever In Love [Green Court Radio Edit].mp3
17. 12 - James Holden - One For You [Radio Edit].mp3
18. 17 - D-Illusion - Permanent Vacation.mp3
19. 09 - Collusion - Conspiracy [Radio Edit Original].mp3

Cruising

Hay películas bizarras cuya "bizarrez" se vuelve más acuciante con el tiempo. Es como si en el momento en que se estrenaron sí, parecían algo extrañas y alejadas del pelotón de películas comunes que pronto se olvidan. Pasan los años y eso que ya era de por sí chocante (por su berretismo, su onda trash digamos) sale más a la superficie. Ocurre por ejemplo con Cruising (1980) de Al Pacino, un thriller sobre un asesino que mata y descuartiza a gays en Nueva York. Nunca la vi completa pero ayer la redescubrí a eso de las 4 de la mañana en Space creo. Ver a Pacino (que hace de policía infiltrado) en un bar o boliche S&M bailando como loca en celo (con "vertigo en la cola" podria decirse) entre emulos de los cantantes de YMCA es hilarante.
Lo extraño no es tanto el ambiente en el que se desarrolla la película --me parece que a esta altura nadie deberia pecar de pacateria y asustarse ante imagenes que insinuan fist fucking, orales, en fin, sexo descarnado--, sino las expresiones raras de los actores. Pacino bailando entre hombres llevandose a la nariz algun trapo con quien sabe qué droga. El tipo hace que se pone duro (no esa clase de dureza) como si hubiera tomado otra sustancia más polvorienta y empieza a bailar no sé. como un robot.
Escena bizarra si las hay, joyitas a ser encontradas en horas remotas y tranquilas de la noche veraniega porteña.

Spelling

¿Se puede/debe hacer algo con las personas que bastardean el apellido de uno? Me pasa (casi) siempre: se equivocan con mi apellido, lo escriben mal, inventan cualquier verdura. Lo peor no es la anécdota sino cuando esta torpeza producto de la falta de atención o del interés se plasma en un error garrafal en un cheque. Sí, porque si escriben mal tu nombre en esta forma de pago, el cheque ya no vale más, no te lo aceptan, aunque pongas en el banco cara de desesperado como diciéndole al cajero: "dale, es una letra mal puesta nomás, no me cagués, necesito hoy sí o sí la guita.
Ir, venir, ir de nuevo. Todo por una letra mal puesta, una deformación, en fin, una negligencia. ¿Se nota que me tienen harto cuando se equivocan y me inventan apellidos?

Cuentito del tío

Un amigo me regaló este texto (un muy buen regalo, convengamos). El paralelismo con los celulares es asombroso. Acá va:

Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj (de Julio Cortázar)
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

refrito

"La ciencia lo confirma: ir de compras ayuda a sentirse bien " (Wall Street Journal)
¿Cuánto tardará Clarín para refritar esta nota oportunista y sacar un infografía a 4 columnas y un textito de 50 líneas? Ay, ay, ay...

Ayer nomás

Hace unos días en esas conversaciones inútiles (que, al fin y al cabo, son las más productuivas y placenteras, razón por la cuál habría que tener siempre este tipo de conversaciones) con un amigo incursionamos en una especie de torbellino televisivo temporal: de repente, de la nada, como surgen las buenas ideas, empezamos a enumerar dibujitos clásicos (léase principios de los ochenta, fines de setenta) que marcaban en nuestra idílica infancia la vuelta diaria a casa. Mazinger z , Robotech, Gobots, Transformers (cuántos robots!!!), Astroboy, El inspector gadget, Meteoro, y por supuesto todos sus elencos: el primer ¿hermafrodita? de la televisión infantil: el baron Ashler, los misiles mamarios de Afrodita, los mastodontes robots de los transformers (el robot grabador, el robot montañarusa, el robot que se yo, panquequera).
Ahora tengo el cerebro un poco quemado y no me acuerdo de todo ese universo televisivo (que, como concluimos, ni a palos se puede comparar con el actual). Pero lo que sí me acuerdo es del racimo de asociaciones que me disparó: el miquimoco, de carozo y narizota, goma goma, las travesía en pontevedra durante la colonia de verano de Ferro, mi miedo a meterme a la pileta, el olor al Tatami, los baños sin inodoros (en la colonia de Ferro). No idealizo esa época, pero tampoco la olvido.

Work in progress

Estoy en mi trabajo. Los teléfonos suenan, hay ruido de martillazos informáticos. Gente que camina de un lado a otro. Algunos fuman, otros toman mate. Es jueves, ni siquiera viernes.
En un costado, un grupito se ríe desaforadamente. Los más pacatos los miran con rencor y algo de envidia. Gente que come, gente que se rasca, gente ojerosa, gente, más gente que veo todos los días --más que a mis amigos, más que a mi familia--. ¿Quiénes serán estas personas fuera del trabajo? ¿Cómo serán? Nunca lo sabré.

Hip hip urra

No me dejan de sorprender las películas (si se les puede llamar así) sobre cheerleaders. Sí, esos escuadrones de estudiantes universitarios yankis que aplauden, gritan, hacen morisquetas, se abren de piernas, vuelan de acá para allá con el ¿fin? de alentar al equipo de la universidad (básquet, football). Son, hay que decirlo, algo freak, pero no en el sentido positivo y excéntrico de lo freakness. Es freak berreta, lógica macdonaldiana, peor que Beverly Hills 90210, Verano del 98, Rebelde way o Buffy la cazavampiros todo junto. Un combo explosivo, digamos, que causa dolor de estómago.

Cambio de firma

Sí, por razones estratégicas (restos de mis años de haber cursado materias relacionadas con el marketing) o porque simplemente se me canta dejé los "spaces" de msn para sumarme a la gran comunidad de blogspot.
That´s all.