Eventear

"A que va uno a un recital?". La pregunta, al parecer un poco boba, es mas que adecuada ultimamente. Porque la respuesta "a ver en vivo a x grupo y escuchar la musica" parece haber qudado atras, lejana, distante, y reservada para un grupo minusculo de personas sin el fervor cholulista de pelar caripela y mostrarse en la cima de lo mas top.
No voy a decir "los recitales ya no son lo que eran" porque implicaria que antes los recitales eran de tal manera (buena) y ahora son de otra (mala). La cosa es que los cantantes y la musica ahora son lo accesorio. La razon disparadora pero no unica de una concurrencia heterogenea, pero no tanto, que le importa ser visto antes que ver.
El verbo que mejor se aplica, y no fue invencion mia sino de una de mis acompanantes al recital de Oasis el viernes pasado, fue el de "eventear". Nada mas preciso para describir lo que se hace antes, durante y despues de que el rock star empiece a desplegar su pose de divo en el escenario.
Piza, wok, cafe, venta de cds, venta de jeans, merchndising, un local donde 10 lolitas esperaban sentadas con cara de nada en un sillon, pintarrajeadas y anhelando volver a jugar a las munecas, una seccion de maquillaje, una moto donde una modelo ponia caras falsas, de soberbia ante el flash asesino del fotografo, modelos hombres envaselinados, vips y mas vips (porque lo mas importante al parecer es distinguirse siempre, marcar la diferencia con el otro), precios astronomicos, pendejadas, conchetaje, boludeces.
Y lo de siempre:colas desorganizadas, colados de alto porte, de aquellos que hacen del acto de colarse un incomprensible grito de rebeldia (de "mira q piola soy, me colo mientras vos, gil, haces lo correcto y te quedas en la fila).