Cruising

Hay películas bizarras cuya "bizarrez" se vuelve más acuciante con el tiempo. Es como si en el momento en que se estrenaron sí, parecían algo extrañas y alejadas del pelotón de películas comunes que pronto se olvidan. Pasan los años y eso que ya era de por sí chocante (por su berretismo, su onda trash digamos) sale más a la superficie. Ocurre por ejemplo con Cruising (1980) de Al Pacino, un thriller sobre un asesino que mata y descuartiza a gays en Nueva York. Nunca la vi completa pero ayer la redescubrí a eso de las 4 de la mañana en Space creo. Ver a Pacino (que hace de policía infiltrado) en un bar o boliche S&M bailando como loca en celo (con "vertigo en la cola" podria decirse) entre emulos de los cantantes de YMCA es hilarante.
Lo extraño no es tanto el ambiente en el que se desarrolla la película --me parece que a esta altura nadie deberia pecar de pacateria y asustarse ante imagenes que insinuan fist fucking, orales, en fin, sexo descarnado--, sino las expresiones raras de los actores. Pacino bailando entre hombres llevandose a la nariz algun trapo con quien sabe qué droga. El tipo hace que se pone duro (no esa clase de dureza) como si hubiera tomado otra sustancia más polvorienta y empieza a bailar no sé. como un robot.
Escena bizarra si las hay, joyitas a ser encontradas en horas remotas y tranquilas de la noche veraniega porteña.